Todo aquello que no será dicho, pero necesita ser liberado. Y por eso lo escribo.
miércoles, 30 de diciembre de 2015
2016.
martes, 29 de diciembre de 2015
Yo, tu, te y me.
¿Tu me qué?
Tu te. Si, tu te. A mi no me. A ti, a ti y a ti. A mi no me.
¿Que yo qué?
Yo no te.
¿Que yo te qué? Yo no te, no te y no te. Yo ni te ni voy a.
Yo me.
Y punto.
De yo para tu.
Basado en abreviaciones.
viernes, 25 de diciembre de 2015
Granada.
Granada es una contrarreloj conmigo misma, es sacar las ganas de patalear como un niño y gritar "¡yo no me quiero ir!", es saber que tengo poco tiempo para disfrutar, coger aire y volver a sumergirme.
De mi para el tiempo. Párate en seco para no tener que mirar el reloj cuando estoy aquí.
Basado en verdaderos momentos de paz.
sábado, 19 de diciembre de 2015
De corderos ladradores.
Comiendo a las siete de la tarde en su casa, mi amigo Miguel, recién llegado del aeropuerto, me hizo un breve resumen de su experiencia mexicana. Fiestas, estudio y fin de carrera. Poco tardamos en llegar al tema del amor. Él dejó aquí su vida en pausa y me dijo al tiempo que empezábamos el postre: "es hora de retomar todo lo que dejé". Y acto seguido se fue a cambiar de ropa, coger las llaves, dar un beso a su madre y salimos a la calle. Le acompañé hasta la plaza de al lado de su casa y mientras nos despedíamos me soltó la siguiente frase: "nada ha cambiado, tu y yo seguimos siendo en el fondo unos corderos". Y me dejó con la palabra en la boca y echó a andar.
Miguel siempre me deja sentenciada en una frase a la que hay que dar un par de vueltas para entender todo su significado. Sabe que yo voy a reprocharle su dureza jugando a la defensiva y por eso, cuando tiene que decirme algo que sabe que de primeras no me va a gustar pero que es cierto, lo hace a la cara y se va. Creo que es la mejor forma para que yo tenga tiempo para pensar con profundidad el mensaje y acabe por darle la razón la próxima vez que nos vemos.
Seguimos siendo unos corderitos más bien. Si algo me identifica con mi amigo es lo agresivos que somos de primeras al conocernos. No habremos oído veces que somos secos, bordes, pero que si se nos conoce y se establece confianza, somos buenos. Ahora, cuando conocemos a alguien, tardamos en poder llamarle amigo, y es porque ambos sabemos el alto valor de la confianza y del respeto. Alguna vez que otra hemos pecado de ingenuos, y es que en el tiempo que se tarda en apreciar a una persona, hay algunos que toman atajos para llegar antes a nosotros y no los hemos visto venir. De buenos a veces somos tontos. Y nosotros, que de primeras podemos parecer perros de presa, debajo del disfraz se esconde la lana. Perro ladrador poco mordedor.
Por eso esta vez, con esa frase de despedida, debo decirle que, si no debemos creernos el "todo vale", menos lo debemos hacer con el "todo cuenta".
Para el recién llegado. Lo mismo que perdonamos al resto, también debemos aprender a perdonarnos a nosotros mismos y saber cuando abandonar. Será el propósito de año nuevo.
P.D.: Dile a tu madre que nos prepare su lasaña.
Calma y silencio.
miércoles, 2 de diciembre de 2015
Asqueroso diciembre.
Este año no te encuentro la gracia, ni los motivos para sonreir ni celebrar. Te noto rabioso, como si estuvieras pasando la cuenta de otra mesa por si cuela. Como si quisieras que éste 2015 lo recordásemos desde el 9 de enero hasta su fin. Créeme que lo estás consiguiendo, que nunca te he visto tan empeñado en dejar huella.
Ni deseos ni propósitos, bastante si pasas de una vez y nos dejas tranquilos. Será suficiente que dejes de dar los últimos coletazos a éste año que parece que, más que querer terminarse, está decidido en terminar antes con nosotros.
Dios, dime qué te hemos hecho. Porque me pongo a repasar y no encuentro razones para que te pongas así con nosotros. Ya son ocho diciembres a nuestra espalda y no en la tuya desde que empezó éste sabor amargo que no se va y cada año es más que el anterior, pero éste sí que te estás luciendo. Permíteme que te diga que tanto rencor no hay quien lo soporte, que se acaba escapando la lágrima y en Nochevieja suspiro aliviada porque te terminas.
Qué manía la tuya de hacernos recordar a los que no están, cómo ha cambiado la forma de celebrar la Navidad cambiando de lugar por fuerza mayor y lo más importante, qué valor el tuyo de presentarte tan rápido, cuando todavía tengo en mente las fiestas pasadas.
Yo no te celebraría. Ya no hay propósitos de año nuevo sino el único deseo de estar como estamos un año más. Y aún y así no nos lo concedes. Es más, no te echaría en falta ni a ti ni a tus regalos. Ni la comida ni el champán, porque ya echo de menos las mesas en las que no cabíamos y ahora sobra espacio entre las sillas. Porque echo de menos empezar los años con alegría y ahora el sentimiento es de miedo al pensar que el nuevo año puede traer consigo un disgusto más.
De mi para diciembre. Este año somos menos en la mesa y más lágrimas de alivio por los que estamos que lágrimas de felicidad.
Basado en años que pasan con más penas que alegrías.
sábado, 21 de noviembre de 2015
Querido Miguel:
viernes, 13 de noviembre de 2015
Espejos, reflejos y no espejismos.
Tu vienes. Yo voy. Y en la mitad del camino, donde creíamos que había llegado el final, nos volvemos a encontrar para seguir caminando juntos. Y no es un espejismo.
Yo he cerrado mis puertas y tu has abierto tus ventanas. Eso fue lo que nos faltó hacer a ambos y ya está hecho. Supe que tenía que encontrar el camino de vuelta cuando vi los restos esparcidos de mi misma después de tu paso y de la guerra que me autodeclaré por ello.
Y tu... No sé qué echaste en falta para volver, y no sé si quiero saberlo o no, pero lo importante es que regresas.
Y volvemos a vernos como un espejo el uno para el otro. Viste repetidamente mi cara de sorpresa cuando te encuentras a alguien en la que te reconoces y esta vez es una más de esas situaciones. Tenernos tan calados desde el primer momento no sé si es bueno o malo, pero no termines de ser mi reflejo.
Ahora lo entiendo. Me gusta verme en ti, por más que me agobie ver mis defectos.
De mi para aquella persona que vuelve. Te he echado de menos.
Basado en caminos por andar.
miércoles, 4 de noviembre de 2015
No tienes ni puta idea.
jueves, 22 de octubre de 2015
Hoy.
Hoy no pienso en mañana.
Basado en días que nadie como él sabe alegrarlos.
viernes, 16 de octubre de 2015
Un día de éstos.
miércoles, 14 de octubre de 2015
Catorce.
De mi para ella, para mi madre. Una fuente incesante de consejos.
Basado en fechas importantes.
sábado, 3 de octubre de 2015
Por tus clavos y los míos.
Y nos prometemos repararnos cuando sabemos que lo único que hacemos es lijarnos el uno al otro. Que de aquí sólo va a quedar serrín y polvo, pero seguimos intentándolo. Ambos mostramos lo egoístas que somos fingiendo intentar ayudarnos en ese empeño por demostrarnos que somos capaces de sostenernos mutuamente cada vez que vuelve a doler donde estamos más heridos. Y al final acabamos volando en mil pedazos.
Maldito orgullo.
Maldito lobo con piel de cordero.
Maldita falsa caridad.
Esto no es amistad ni es nada.
viernes, 18 de septiembre de 2015
Inclasificable.
jueves, 17 de septiembre de 2015
Septiembre.
Septiembre para mi es la verdadera Nochevieja en la que te despides de todo lo malo que tuvo el curso anterior y comienzas otro con energía e ilusión. Además en nada es mi cumpleaños y es un buen día en el que siempre hago balance del año que he vivido. Es el mes de las confidencias con uno mismo, de extraer conclusiones, de proponerse nuevas metas e intentar dejar atrás todo aquello que vas arrastrando y que es un lastre que te impide avanzar más rápido.
A principios de mes vuelven amigos, familia y aquí son fiestas. Durante la semana que duran, todo es euforia y felicidad por comenzar, por retomar la relativa normalidad que se ha echado de menos durante julio y agosto, de reencuentros y también de amargas despedidas, porque los hay que han echado el vuelo y sólo regresan para cambiar de maletas. Por un lado me gusta ser la anfitriona, por decirlo de alguna manera, que les recibe con los brazos abiertos en nuestra ciudad y por otro siento envidia por ser la que está aquí, esperando su momento para hacer lo mismo que ellos y emprender el camino y alejarme. Al menos me queda el consuelo de saber y sentir, cuando viajo fuera, que quiero volver. Y esa sensación creo que nunca desaparecerá de mi.
"Septiembre llega con su: ¡oh Dios mío!". Se entremezcla la nostalgia del pasado y la inquietud por el futuro incierto. Y qué bonita combinación que supone a la vez una contradicción.
"Suave como una nube, voy a ser vapor.
Un ave que sube y sube sin motor."
De mi para el nuevo año. A ver qué me tienes preparado.
Basado en mi mes favorito.
domingo, 16 de agosto de 2015
Síndrome postvacacional.
Pensé que éste verano no iba a tener vacaciones y al final he estado en el sur y ahora me he tomado un descanso en el norte. Echaba de menos mi pueblo de veraneo, mis amigos, la tranquilidad, pero sobre todo echaba de menos a mi familia. A pesar de haber sido un año en el que hemos estado muy unidos, estar sola en la ciudad a veces se hace cuesta arriba y necesitas un descanso de estar tanto tiempo sola.
Mañana será un día que empieza a las siete y media de la mañana y terminará a las diez de la noche, y echaré todas esas horas rindiendo a mi máxima capacidad pensando que es lo que quiero hacer y lo que me gusta y me motiva. Pero hoy va a ser una noche en la que doy por concluido mi verano y creo que puedo permitirme sentirme triste por ello.
De mi para agosto. No te hagas más cuesta arriba.
Basado en retornos.
viernes, 7 de agosto de 2015
Saber apreciar lo malo.
¿Que por qué? Porque me libero a mi misma y libero todo lo que quiero decir. Suena estúpido, pero a veces no salen las palabras correctas influidas por las emociones. A veces, se necesita tiempo para saber decir adecuadamente lo que se piensa y sobre todo, se necesita tiempo para no dejar nada en el tintero. Y la verdad que me da igual si a la persona que va dirigida lo lee o no si yo he podido exponer al exterior lo que pienso y es una forma de saber mantener la boca callada en el momento preciso y a la vez no reventar por dentro.
Ya ha pasado más de la mitad de éste año y no ha sido en balde. Ahora lo he entendido. De todo se aprende, de lo bueno y también, con tiempo y en frío, de lo malo. Tengo un escrito que hice bien en no publicar porque me he dado cuenta que se necesita asimilar los hechos con calma para poder extraer conclusiones que te hagan evolucionar y no aferrarte al rencor y al odio. Poder sacar partido de los malos momentos para avanzar y guiarte a ti hacia la meta sin detenerte a quejarte por lo duro que está siendo el camino.
Ahora sí que puedo decir que me he tomado la medida.
De mi para todo lo malo. Se necesita distancia para poder apreciarte.
Basado en una gran mala experiencia. Y espero que sea la última de éste tipo.
domingo, 2 de agosto de 2015
Gestos.
Me viene a la memoria una noche en su pueblo, en la que probé por primera vez el gintonic y acabé bebiéndome esas copas de más que él iba pidiendo sin que yo lo viera para que para él fueran de menos. Me acuerdo de la salida de Botica, de la pizzería a la que él no quería ir y yo insistía que debía comer algo mientas notaba el mareo que se salta la fase de ir contenta para apenas ver.
Me acuerdo y pienso que hice bien, que no me arrepiento de ésas copas si a él no le sentaron mal. Que es un ejemplo muy tonto, pero en ésos pequeños detalles, por insignificantes que parezcan, consisten las relaciones. Que demuestran las palabras "me importas".
Y es que no concibo relación alguna sin demostrar, más que decir. Y al igual que esa noche, ha habido otras personas, lugares, noches y días. En las que quieres demostrar que alguien te importa, aunque sea un poco, algo, bastante o mucho. Y que ésos pequeños gestos, no necesitan ser recompensados, pero sí que la otra persona sepa valorarlos y apreciarlos.
De mi para el resacoso. Espero que a la milésima comprendas el concepto amistad.
Basado en conversaciones y recuerdos.
sábado, 1 de agosto de 2015
Para mi.
Cada vez que escribo sobre el daño que hacemos y el que recibimos, sobre cuánto puede afectar el dolor y el rencor en nuestro presente y en nuestro futuro, me gustaría no haberlo experimentado. Y me encantaría aún más que mi entorno no hubiera pasado por ello. Porque nadie quiere pasarlo mal, eso es obvio, pero son parte de la vida, pero de nosotros depende como responder ante ello.
Sinceramente, doy vueltas a la cabeza pensando si debo o no publicar un escrito que llega tiempo forjándose y que todavía no he terminado, pero trata sobre estas sensaciones que son difíciles de atajar y el mal sabor de boca lleva durando bastante. Es un texto en el que he descargado rabia, frustración y pena, no es una historia pero sí su desenlace. No versa sobre amor, pero sí sobre la confianza y el respeto, con los demás y con nosotros mismos. Y dudo si publicarlo o no debido a una encrucijada: si es mejor callar (como estoy aprendiendo a hacer) y otorgar o si es más sencillo desahogarme para soltar de una vez todo aunque sea en un blog.
Hasta que lo decida, creo que los anteriores post reflejan varias partes de lo que es todo el escrito.
Para mi.
Basado en textos que todavía no sé si debieran ver la luz.
jueves, 30 de julio de 2015
En clave de jaque mate.
En los viajes uno se distancia de su casa y de su ciudad para acercarse más a sí mismo, y todas esas cuestiones, dudas e inquietudes encuentran fácilmente la solución cuando son tomadas desde la distancia, muy lejos del ojo del huracán. Y si hay algo que me gusta, es compartir todos esos pensamientos con personas que a la vez que me conocen bien y que saben qué camino voy a tomar sin decírselo, también saben abrirte puertas que tú no has visto. Te sumergen en más preguntas basándose en tus respuestas, te hacen ir mucho mas allá y plantearte ángulos y puntos de vista que ni siquiera te habías imaginado. Y en vez de frustrarte, te alivia pensar que lo hacen por tu bien, que quieren que saques todo tu potencial, que no tomes una buena decisión, sino la mejor de todas.
Son amigos con los que la conversación se mantiene en clave de jaque mate.
Luis me conoce tan bien que sabe que no sé tomarme la medida algunas veces, y son tan escasas al igual que problemáticas. Porque si hay algo que no me gusta, no es no tener todo bajo control, sino no controlarme a mi misma a veces. Suena a oligofrenia severa, pero me refiero a los impulsos, a las emociones, a esa alegría que pasa a ser euforia o a esa tristeza que se asemeja a sentir hielo en el pecho. Y que sin quererlo, puede hacernos decir una mala palabra en el momento equivocado o simplemente no decir nada y llegar a deshora. Y es en ese momento en el que él es el defensor de las causas perdidas, como una que yo me sé. El que no tira la toalla, como una que yo me sé. El que te pregunta "pero, ¿tu has dado todo lo que sabes que puedes dar?", como yo.
Y entonces te das cuenta que, hasta los abanderados de las infinitas oportunidades y de los consecutivos intentos, necesitan a veces que les recuerden que hemos venido a jugar y a arriesgar. A dar todo lo mejor aunque también hayamos dado alguna vez lo peor.
De mi para Luis. Gracias.
Basado en reencuentros.
Se necesita un poco de sur para poder ver el norte.
Seis días, ahí es nada. Algunos pueblos los hemos visto desde el coche, otros una hora escasa. Horas y horas de coche, litros de gasolina, la tremenda sorpresa de ver a Mark Knopfler en concierto, rotondas, rotondas y más rotondas hasta encontrar la salida de pueblos y ciudades, GPS que no funcionaba, comilonas, playa, botes de protector solar y aftersun, quemaduras, arañazos, vistas impresionantes, amaneceres y puestas de sol, familia, amigos que hemos hecho, pescaíto, marisco, intento de surf con olas de un metro, cervezas, copas, canciones a todo volumen, abrazos, mucho sueño, bailes, risas, llorar de alegría, andaluces con mucha labia, alemanes muy guapos, piernas como granito y unas ganas infinitas de quedarnos unos días más.
No puedo escribir un resumen del día a día y las mil anécdotas, pero sí de la necesidad que tenía por este viaje que ha sido impresionante en todos los sentidos, de desconectar, de estar rodeada de las personas que quiero, de volver con mucha más energía, positividad, y ganas por seguir haciendo lo que me gusta. He aprendido mucho, he sacado conclusiones para mejorar y dar mucho más. Me han mostrado que la debilidad a veces es buena para detenerse y centrarte en aquellas cosas y personas que realmente valen la pena y que todo esfuerzo tiene su recompensa tarde o temprano.
Y sobre todo, sin ti no hubiera sido lo mismo.
Gracias por estos maravillosos días.
De mi para mi acompañante.
Basado en unas minivacaciones.
miércoles, 29 de julio de 2015
Querido Miguel:
Ahora que me has pasado tu correo electrónico podré escribirte todos los días, porque si no voy a verte en nuestro paseo diario, al menos mantenerte informado de mi aburrida vida en España y en breves te mandaré un resumen (eso sí, muy detallado) de todo lo que he hecho durante mis minivacaciones.
Nos despedimos el martes como si fuéramos a vernos al día siguiente. Estamos a lunes, a una hora escasa para que abandones España y no podía hacer otra cosa que llamarte para decirte lo que ya te echo de menos y lo duro que se van a hacer estos cinco meses (ahí es nada) sin ti.
Siempre hemos hablando de las escasas fronteras que nos queda por cruzar en nuestra amistad y creo que ésta va a ser la más importante de todas. Estar separados tanto tiempo cuando estás acostumbrada a ver a una persona todos los días me va a resultar como poco extraño y más si es una persona que para ti significa tanto. Mi mejor amigo. Y aunque ahora existan muchas formas de comunicación, ninguna supera a unas rondas de cañas y los helados caminando por la ciudad, los consejos, las risas, los lloros, TODO, no va a ser lo mismo y como ya te he dicho empezaré a tachar días en el calendario haciendo la cuenta atrás hasta tu esperada vuelta.
Te cuidado, no hagas nada que yo no haría.
Te quiero mucho pequeña marmota.
Y sobre todo, disfruta. ¡Remata México!
sábado, 18 de julio de 2015
Y lo entendí en ese momento.
Podía estar enfadada. Podía tener ganas de llorar, de mandar a todo y a todos al traste y evitar reconciliarme con el mundo. Podía estar dolida, intentando recomponer pedazos de un cristal que se ha roto con un sólo golpe.
Podía estar riendo a carcajadas. Podía estar bailando sola mientras canto a gritos la canción.
Y lo entendí en ese momento.
Sólo su brazo por mis hombros, o sus brazos por mi cintura. Y yo ocultando mi cara entre su cuello y su hombro. Y la tranquilidad se hacía presente.
De mi para esos abrazos.
Basado en momentos de calma.
viernes, 17 de julio de 2015
Ella.
Me acaba de mandar una foto desde la terraza de la casa de Comillas en la que veo el mar. Creo que esa casa ha sido más un refugio donde buscar la calma y la tranquilidad que una casa de vacaciones en sí. Y a esa foto le acompañan dos más en las que me enseña sus adoradas y mimadas flores. Este año gracias a la ayuda de unos vecinos que las podaron en su momento, ella puede tener este año una gran cosecha de flores. Hortensias azules, rosas y blancas. La bugambilia. Las enredaderas. Y yo soy la más feliz del mundo sabiendo que ella está bien, que está descansando y que es feliz.
Estoy feliz y a la vez me invade la tristeza y las lágrimas salen solas y cuando apenas puedo ver el teclado me doy cuenta de cuánto la echo de menos. No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, y en mi caso debería decir "no te das cuenta de todo lo que es para ti una persona que siempre ha estado a tu lado hasta que casi estás a punto de perderla". No me gusta usar las palabras nunca y siempre, porque el destino es caprichoso, pero las personas más, y a veces nos dejamos llevar por los temibles arrebatos, pero hay un círculo de personas que son un siempre y nunca en sí mismas. Aquellas a las que siempre vas a intentar hacer feliz y a las que nunca quieres ver sufrir.Las que son un siempre en tu memoria y un nunca en el olvido.
De mi para ella.
Basado en ella.
miércoles, 15 de julio de 2015
Ahí.
Todo el cariño que te tengo no sé si es merecido, pero sabes muy bien que a veces se convierte en odio cuando intentas aproximarte de más. Porque te quiero en un punto en el que hemos llegado a estar pero que no sabes permanecer en él durante mucho tiempo. Te quiero entre aquí y allí. Te quiero ahí.
Y si una vez pude decir que no había más oportunidades para que estuvieras cerca de la manera correcta, soy capaz de decírtelo una vez más si no consigues entender que la única forma sana y duradera es que ahora no te acerques demasiado. Pero ésta vez ya juega mi paciencia y porque si te soy sincera, nunca te he querido más lejos que en este momento. Porque de tanto consentirte te he malcriado cual niño pequeño.
De mi para José.
Basado en miles de tropiezos.
martes, 14 de julio de 2015
Lo que cuesta desprenderse de todo.
He tenido veranos y más veranos enteros frente al mar, y lo que de pequeña me parecía un paraíso y mi merecido descanso después del curso, ahora a veces es todo un infierno. Si antes no me importaba rebozarme en la arena, ahora no soporto notarla por el cuerpo. Bañarse y disfrutar de las olas consiste en evitar ser atropellada por quince personas con sus respectivas tablas. Y nunca he sido capaz de tumbarme a tomar el sol más de media hora y me dedico a pasear por la orilla como la gente mayor.
Los amigos que ves de año en año intentan resumir diez meses la primera noche de copas y con los que de verdad mantienes el contacto durante el invierno te conocen y saben perfectamente que lo que quieres, porque es lo mismo que quieren ellos, es darles un abrazo, tirar kilómetros con ellos y aparecer en la otra punta del país (o en alguna ciudad extranjera) y desahogarnos contando todo lo que nos ha pasado para cerrar de una vez el cajón.
Podría decir que el verano supone para mi Nochevieja y Año Nuevo juntos. Despido lo malo mientras deseo un buen comienzo en septiembre. Al igual que la limpieza que hago siempre en torno a estas fechas de mi armario. Algo tan tonto como tirar ropa que ya no usas o no te vale se convierte en una metáfora de lo que cuesta desprenderse de todo. Porque sabes que a la vuelta te espera lo que no ha tenido tiempo para despedirse como se merece.
Menos mal que este verano va a volver a tocar norte y también sur. En pequeñas dosis, pero muy necesarias.
De mi para el verano. No te hagas largo ni corto.
Basado en experiencias anteriores.
viernes, 10 de julio de 2015
Cuando bastan las miradas y sobran las palabras.
¿Y qué decir de tus ojos? Cuando bastan las miradas y sobran las palabras porque me has entendido a la perfección. ¿Y cómo describir la sensación que me produce ver que, cuando sonríes, tus mejillas hacen que tus ojos se entrecierren? Es una mezcla de diversión y felicidad verte contento y se multiplica por diez cuando la sonrisa se alza y se puede percibir un destello de auténtica alegría en tus pupilas, como cuando algo te hace especialmente ilusión y pareces un niño la noche de Reyes. Me gusta intentar hacerte feliz porque es intentar sacar todo lo bueno de ambos: intentar en el intento que intentes ser feliz. Y si lo consigo soy más feliz si cabe.
Me alivia saber que puedo hacer que te relajes cuando arrugas el ceño hablando y que no hagas caso omiso de mis palabras. Que de verdad me escuches, que no lleguemos a alzar la voz, que no seas de los que pierden la razón mientras ponen el grito en el cielo, que seas de los que están dispuestos a llegar a entenderse.
Que dijiste en su momento "vamos a intentarlo" y no te has echado atrás a la primera de cambio porque sabes en qué consiste ésto y que de vez en cuando va a haber algún que otro asalto.
Como para no poner la mano en el fuego por ti.
De mi para ti.
Basado en momentos.
miércoles, 8 de julio de 2015
Creer.
Creo que no sabemos la dureza con la que el tiempo juega en nuestra contra, porque "el que no quiso cuando pudo, no podrá cuando quiera". Y nos ponemos el mundo por montera dejando pasar y que pasen de nosotros desechando y desechándonos al mismo tiempo, sin saber valorar ni valorarnos.
"Si fuera fácil, lo haría cualquiera. Si fuera tan sencillo, estaría lleno de gente haciéndolo antes que tú. Y si no pareciese imposible, todo el mundo lo habría hecho ya. Por eso te sientes tan solo. Porque de aquí en adelante, tu única compañera realmente fiel se llama Soledad. Porque nadie cree que pueda conseguirse. Nadie, menos tú y alguno tan loco como tú. No te preocupes que los demás volverán, el día que ya no haya nada más que hacer. Si acaba bien, para apuntarse el tanto y explicarte el porqué de tu éxito. Y si acaba mal, para decirte que todo esto ya lo veían venir. Por eso tú a lo tuyo, tira millas. Que si fuese fácil, lo haría cualquiera. Si fuera tan sencillo, estaría lleno de gente haciéndolo antes que tú. Y si no pareciese imposible, todo el mundo lo haría hecho ya."
Risto Mejide.
De mi para las personas.
Basado en comportamientos animales.
lunes, 6 de julio de 2015
Huellas imborrables.
Hay quien te hablará de juegos y estrategias cuando es mucho más fácil y sencillo. Y es que hay personas que confunden los conceptos dignidad con orgullo y amor propio con egoísmo. Y no. Con las personas con las que de verdad hay una relación no hay juegos, ni trampas, ni escudos y mucho menos armas de doble filo.
Son personas que merecen la pena y la alegría también, que confían más en ti que tu mismo, o cuando quieres abandonar y te lo impiden. También son las que te avisan de la inminente caída pero no te evitan el golpe, porque ellos saben todo lo que vas a aprender mientras te levantas y lo que es más importante; lo aprendido por uno mismo vale por dos y se graba a fuego en la piel. Son los que te sacuden el polvo, los que van a recoger los restos pero no te van a poner la tirita porque al que le corresponde hacerlo es a ti. Se pondrán en tu piel y te darán su opinión y a la vez, porque te conocen, se van a adelantar a tus movimientos y saben lo que vas a hacer.
Con ellos la distancia se va a medir en el tiempo que hace que no te dan un abrazo, y no en kilómetros. Son esa valentía que a veces te abandona, aquellas con las que las horas no vuelan; se evaporan y desaparecen. Con las que no hay juegos, ni límites, ni balanzas, ni ganas de soltarse.
De mi para Miguel. Esta vez he podido escribir de un tirón.
Basado en despedidas muy próximas.
miércoles, 1 de julio de 2015
No lo sabes.
martes, 30 de junio de 2015
Estar. II.
Pero tampoco colgarse la medalla al mérito, porque todo el mundo es general una vez acabada la batalla. Cada uno buscando su ritmo y su tiempo, pero no abandonar por encontrarse ni abandonarse por encontrar. No debemos cruzar hacia los extremos, sino andar entre ellos. Al igual que no hay límites más allá de los que queramos poner. Y delimitar reduce lo mismo que poner etiquetas.
Una vez que somos claros con nosotros mismos y con los demás, que empezamos a asentar bases, que hemos valorado los pros y contras, estamos realmente preparados para salir a actuar sabiendo que no todo está en nuestra mano y que hay que dejar que el tiempo y las personas interaccionen con nosotros. No demos por sentado que somos el camino, también hay que aprender a seguir la marcha de otros. Concedamos el beneficio de la duda, no juzguemos sin saber. No cerremos puertas sin saber muy bien el porqué.
Y ahora te puedo decir, tras varios borradores e intentos por escribir, de intentar empaparme en música, libros y escritos, de pensar que había perdido la facilidad de trasformar pensamiento por escrito, que te he encontrado en todo aquello que intenté buscar en ti. Que no guardo un fiel recuerdo de tu cara, pero sí la sensación que sentía cuando estaba contigo. Y si. De repente al recordarlo me ha recorrido una oleada de escalofríos en pleno verano y los dedos en el teclado van solos.
No tengo motivos para odiarte ni razones para quererte. Es la indiferencia que le sigue a la decepción. No es que no quiera sentir otra cosa, es que no puedo y no se puede cambiar un sentimiento por otro. Y a veces esa indiferencia se desvanece por el mal sabor de la rabia que supone no esforzarse por conseguir lo que te propones. Porque yo sé que no he puesto todo y que me ha faltado mucho.
Yo estoy. Aquí y ahora. Me he tomado la medida. Y no sé si hago bien, pero estoy dispuesta si veo que por tu parte hay intención de arriesgar. Y que salga el Sol por Antequera o por donde quiera, evitando condicionales, posibles y hablar en futuro y pasado. Partir de cero.
De mi para los que están. Que sigan estando.
De mi para los que no están. Que se arriesguen a estar.
Basado en esta misma noche, entre cortas cabezadas, vueltas por la cama, calor e insomnio, y amaneceres por la ventana.
domingo, 21 de junio de 2015
Fallos y correcciones.
¿Quién es la persona perfecta capaz de juzgar al resto? Yo me declaro incapaz de dar lecciones de moral, pero sí soy capaz de decir lo que pienso.
Yo aprendí que no se trata de una carrera corta ni de una maratón en la que hay que mantener el ritmo constante. Lo aprendí en todas aquellas ocasiones en las que no supe tomar bien las curvas o frené en seco en medio de la carretera porque me faltaban fuerzas.
Creo que el éxito no se mide en años. Ni tampoco en que podamos basarnos repetidamente en la experiencia, porque sin darnos cuenta, puede ser una repetición constante de errores, esperando que algún día todo salga bien porque confiamos en la suerte y en el camino que seguimos sin salirnos de él. Y menos aún creo en que exista un momento preciso en el que maduramos.
Bastantes veces nos demuestra la vida que puede sorprendernos con un revés, como para que nosotros seamos tan tontos como para seguir jugando el partido fieles a un único estilo.
Y escribo ésto mientras voy haciendo cambios en el texto, porque pensaba que hay que ser constante. Pero no. Hay veces en que la circunstancias te piden apretar y otras, en las que puedes permitirte el lujo de ir mirando por la ventana. Eso sí, sin perder las ganas de ganar.
De mi para el que aprende del pasado. También hay que aprender a corregir fallos.
Basado en correcciones mientras escribo. No subestiméis la capacidad que tiene un teclado de hacerte reconsiderar tus planteamientos.
miércoles, 17 de junio de 2015
No se sale.
No se sale de la risa tonta un día tonto. No se sale de compartir cama aunque ya no haya sueño. Ni de querer dar todo y más porque no es suficiente por todo y por todos. Ni de acabar saltando en un concierto en el que hay que estar sentado, ni de recibir besos en la frente.
No se sale de decir no se sale.
Y menos aún de pensar, cuando se pone un semáforo en verde y viene mucha gente de la otra acerca, que muy poco se diferencia a una batalla y hay que cargar contra los de enfrente. Y menos todavía de querer acariciar nudillos que han dado puñetazos. No se sale de sentir caricias en la espalda, de curar heridas. Y de que nos las curen si saben cómo hacerlo.
No se sale de querer aprender más y más si tu trabajo te motiva a ser cada día mejor, de meter la pata sin querer, de querer sorprender con absurdos detalles, de dar abrazos que cortan la respiración, de buscar la motivación y la energía en uno mismo sabiendo que todo lo que hace es bueno porque sino no se haría.
No se sale y no se quiere salir de escuchar "te quiero" y que la respuesta automática de nuestro cuerpo sea una sonrisa.
No se sale y no se quiere salir de llorar porque sí.
No, no se sale.
De mi para los adictos.
Basado en vicios y síndrome de abstinencia.
lunes, 15 de junio de 2015
Sentir.
Temblar por quemarse o quemarse por temblar. Lo primero precede a lo segundo. O no. Tal vez es al revés. O yo que sé. Pero es una sensación tan agradable saber que sientes el contacto y que traspasa todo pensamiento que no sé cómo expresarlo y que se me entienda a la vez.
Que aún hace daño.
Que todavía te hace feliz.
Que sigues llorando.
Que notas el pulso sin necesidad de tocarte las muñecas.
Y lo mejor es que te das cuenta de ello. Que no has perdido la sensibilidad que va mucho más allá del tacto y se transforma en piel de gallina, pupilas dilatadas, piernas temblando, lágrimas de emoción, un vuelco en el estómago o una presión en el pecho. Que estás vivo. Más vivo que nunca. Que no te arrastras de forma automática por las calles.
Y eso hay que saberlo sentir.
Y celebrarlo todos los días, que es lo más importante.
De mi para los que sienten.
Basado en la sensiblerías varias.
domingo, 14 de junio de 2015
El respeto.
Una vez que sabemos que la decepción duele más que la rabia y el enfado, excusamos la sed de venganza nombrando un poder supremo que devolverá, a su tiempo, todo lo malo que ha hecho una persona. Creo que el Karma, Dios, Buda o Alá tienen cosas más importantes que hacer. Y también creo que antes de tomarnos la justicia por nuestra mano, tenemos que explorar todo el poder que reside en la indiferencia, que deja a la altura del betún al odio.
Si el respeto se ha perdido, es muy difícil ganarlo otra vez y tenemos que valorar muy seriamente si merece la pena exponerse a una tercera oportunidad. Y digo tercera, porque la primera vez que confías en alguien, no te ha dado motivos para hacer lo contrario.
La segunda, es cuando ya ha pasado el umbral por primera vez y ha roto ese pacto no escrito. Y das esa oportunidad de enmendar porque crees, o quieres creer, que sus disculpas son sinceras.
Pero la tercera... Ay, la tercera.
No seré yo quien niegue oportunidades, pero que antes las precedan actos. Porque si una vez creímos en la palabra y vimos que no sirvió para nada, hay que demostrar con acciones que se merece ese respeto. Y hablo de respeto, porque para mi es una condición necesaria que va ligado al concepto de persona.
De mi para las oportunidades. No sois infinitas.
Basado en hechos desgraciadamente reales y a la vez educativos.
miércoles, 10 de junio de 2015
Ya es hora.
martes, 9 de junio de 2015
De cero a diez.
No puedo escribir nada de esas personas que son ceros y se convierten en dieces, de lo que es dar absolutamente todo, de esas personas cuya mente atrae, que te enganchan por completo, que merece la pena dar el todo por ellas y a la vez hacen lo mismo contigo, porque en este post lo relata a la perfección:
Lo que sí puedo añadir, es que encontrar esa mente maravillosa es difícil, por no decir imposible. Por eso nunca hay que perder las ganas de ilusionarse, de querer conocer, de engancharse de un cero, esperar a que no nos defraude y se convierta en diez. Que no se diga que no se intenta. Y no hablo de encontrar pareja, sino de encontrar personas que de verdad llenen.
Por eso puedo decir que me rodeo de personas que una vez que me han atraído, es muy difícil que me desenganche de ellas. Me refiero a las personas que han sobrevivido al tiempo, a la distancia y a las adversidades. Aquellas que se quedaron. Aquellas con las que me quedo. Aquellas que demostraron y siguen demostrando, de igual o diferente modo, pero que demuestran. Porque la palabra no significa nada si no hay una acción que la confirma.
Seamos consecuentes. Aunque a veces sea difícil.
De mi para los dieces.
Basado en textos ajenos que sirven de fuente de inspiración y de aprendizaje.
lunes, 8 de junio de 2015
Querido Luis.
Tras ocho meses desde que me propuso ir a verle, he perdido dos billetes de avión, varios fines de semana planeando nuevos vuelos para que estos días se haya producido al final el esperado encuentro en París. Han sido meses eternos para que se me haya pasado tan rápido. Y no ha sido por la ciudad.
Querido Luis:
Sé que uno de estos días te pasarás por aquí y leerás esta carta. No te he avisado cuando iba a escribirte para que la sorpresa sea mayor (aunque no seas de sorpresas, creo que esta merece la pena).
Lo primero es darte las gracias, y no solo por acogerme. Gracias por irme a buscar al aeropuerto para al final cruzarnos por el camino y no habernos dado cuenta. Gracias por cocinar para mi y tan bien. Ahora peso un poquito más. Gracias por ser el mejor guía turístico de la ciudad, yo si fuera tu cobraría por el tour que has diseñado para las visitas. Gracias por haberme hecho caminar tanto, ahora las cuestas de Comillas se me harán un poco más llevaderas. Por cierto, en total habrán sido unos 30 kilómetros durante estos días, si mi móvil no falla. Gracias por dejarme dormir, aunque hubiera estado bien que me despertaras a horas más tempranas. Gracias por dejarme hablar durante horas, por dejar que me desahogara porque falta me hacía. Gracias por confiar en mi para desahogarte tu, aunque menos falta te hacía. Gracias por llevarme a la Rue Cambon, ya puedo tachar algo más de mi lista de cosas por hacer en la vida. Era un pequeño homenaje que teníamos que hacer, y lo sabes. Y sobre todo, muchas gracias por ser mi amigo. Queda más que demostrado que la distancia no significa nada si nos podemos poner al día tan rápido y como si no hubiera pasado el tiempo desde la última conversación.
Ahora se te espera en Valladolid, aunque tu no quieras volver. Y lo entiendo. Te he visto en tu ambiente, te he visto feliz como hace mucho que no te veía. Y eso no sabes lo que me alegra. Te mereces estos meses y confío en que sean unos pocos meses más, y si es una vida entera mucho mejor.
Disfruta, porque te lo mereces más que nadie.
P.D.: creo que me olvidé la boina. Espero que venga contigo, no me gustaría perderla.
Un beso muy grande.
Te quiero.
De mi para Luis.
Basado en uno de esos amigos que forman la familia que uno escoge.