sábado, 3 de octubre de 2015

Por tus clavos y los míos.

Por tus clavos y los míos estamos astillados. De tus clavos, tus vicios, tu mal humor, tus idas, venidas, ideas y desafíos estoy llena de agujeros como si de carcoma se tratase. De mis clavos, mis defectos, mis malos recuerdos, mis promesas de conceder otra oportunidad, mi incesante búsqueda dentro de ti de todo lo bueno que tenías, crees que pido la revancha intentando recomponerte por completo.

Y nos prometemos repararnos cuando sabemos que lo único que hacemos es lijarnos el uno al otro. Que de aquí sólo va a quedar serrín y polvo, pero seguimos intentándolo. Ambos mostramos lo egoístas que somos fingiendo intentar ayudarnos en ese empeño por demostrarnos que somos capaces de sostenernos mutuamente cada vez que vuelve a doler donde estamos más heridos. Y al final acabamos volando en mil pedazos.

Maldito orgullo.
Maldito lobo con piel de cordero.
Maldita falsa caridad.



Esto no es amistad ni es nada.


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