Todo aquello que no será dicho, pero necesita ser liberado. Y por eso lo escribo.
martes, 15 de marzo de 2016
Ruta de escape.
martes, 1 de marzo de 2016
1 de marzo. 412 días.
jueves, 25 de febrero de 2016
Tu todo por su todo.
Basado en ejemplos a seguir.
sábado, 6 de febrero de 2016
La inconformidad.
lunes, 1 de febrero de 2016
Nos estamos dejando vivir.
viernes, 22 de enero de 2016
De eso se trata.
viernes, 15 de enero de 2016
De los malos sentimientos.
viernes, 8 de enero de 2016
Cuando perdemos la condición humana.
Perdemos la condición humana cuando no se dice "gracias" a tiempo, o se pide perdón cuando de verdad estamos arrepentidos, o un "te quiero" o "te necesito". Una mirada cómplice, una caricia o cuando nos echamos atrás a la hora de dar palabras de aliento a alguien que se las merece.
Por todo eso y más, dime si yo debiera remolcar tus navíos encallados y sacarte a flote cuando te hundes sólo por pensar que tal vez debido a esa mínima parte que creo que conservas de la especie humana, vas a aprender de tus errores, que tu conciencia en alguna parte todavía la conservas y que mereces todas las oportunidades del mundo (como a mi me gustaría que me dieran).
De mi para esas personas.
Basado en experiencias con ellas.
martes, 5 de enero de 2016
Los Reyes ya no son como antes.
Basado en un año más, y ya son ocho, sin seguir la tradición.
lunes, 4 de enero de 2016
Propósitos de año nuevo.
Como no podía ser otro día de la semana, el domingo hablé con mi amigo Miguel de personas que arriesgan lo justo para no perderlo todo si fracasan y de aquellas que se juegan a ellos mismos para ganar. De las grandes batallas y de la pequeña guerra. De que cada uno a su manera lucha por lo que considera que es bueno para él, o por lo que se nos mete entre ceja y ceja y hasta que no se consigue uno no se detiene hasta alcanzarlo.
Él es de las personas que se lo toman todo a un todo o nada. Casi siempre consigue lo que quiere pero lo que se le escapa de las manos acaba por abandonarlo y busca un distinto enfrentamiento porque no lo concibe de otra manera.
Yo considero que hay que apostar pero sin perderse a uno mismo por el camino en el empeño por conseguirlo. Ir a paso lento pero firme, estar preparado mentalmente para una guerra de desgaste porque nadie sabe cuánto tiempo se tardará en conseguir la meta. Hay que saber cuándo entrar en la batalla para no ir a destiempo y eso sólo se hace aprendiendo tras las derrotas. Qué tenemos para saber si podremos conseguirlo.
Pero sobre todo tenemos que saber si nos va a merecer la pena, si el premio compensa el sacrificio humano, si es alcanzable y si de verdad ponemos todo nuestro empezo en conseguir lo que nos proponemos.
De mi para los propósitos. No os he descartado del todo.
Basado en auténticos despropósitos.