lunes, 4 de enero de 2016

Propósitos de año nuevo.

Como no podía ser otro día de la semana, el domingo hablé con mi amigo Miguel de personas que arriesgan lo justo para no perderlo todo si fracasan y de aquellas que se juegan a ellos mismos para ganar. De las grandes batallas y de la pequeña guerra. De que cada uno a su manera lucha por lo que considera que es bueno para él, o por lo que se nos mete entre ceja y ceja y hasta que no se consigue uno no se detiene hasta alcanzarlo.

Él es de las personas que se lo toman todo a un todo o nada. Casi siempre consigue lo que quiere pero lo que se le escapa de las manos acaba por abandonarlo y busca un distinto enfrentamiento porque no lo concibe de otra manera.

Yo considero que hay que apostar pero sin perderse a uno mismo por el camino en el empeño por conseguirlo. Ir a paso lento pero firme, estar preparado mentalmente para una guerra de desgaste porque nadie sabe cuánto tiempo se tardará en conseguir la meta. Hay que saber cuándo entrar en la batalla para no ir a destiempo y eso sólo se hace aprendiendo tras las derrotas. Qué tenemos para saber si podremos conseguirlo.

Pero sobre todo tenemos que saber si nos va a merecer la pena, si el premio compensa el sacrificio humano, si es alcanzable y si de verdad ponemos todo nuestro empezo en conseguir lo que nos proponemos.

De mi para los propósitos. No os he descartado del todo.
Basado en auténticos despropósitos.

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