domingo, 13 de octubre de 2013

De mi para vosotros.

Creo que ya tocaba decirlo.

Hay personas que han estado en las malas, en las peores y en mis auténticos fracasos y es con ellas con las que comparto las buenas, las mejores y mis mayores alegrías. Yo tengo la suerte de poder contar a esas personas con los dedos no con una mano, sino con ambas. Cada una es diferente y no habrá ninguna de ellas que sea mi homóloga. Chocamos muchas veces pero eso no es nada en comparación con todas las veces en las que estamos de acuerdo.

Todos ellos son muy suyos, de su padre y de su madre. Más extrovertidos que yo, menos habladores o con más o menos carácter. Pero lo que las une es su sinceridad, la confianza y el aprecio que las tengo. Me conocen bien y saben cómo hacerme sonreír, qué tienen que hacer si estoy enfadada o cómo consolarme si me da por llorar. Saben mis gustos respecto a todo y nunca fallan ni en mi talla de ropa ni en las películas que me gustan. Conocen mis debilidades y saben mi forma de ser y predicen mi forma de reacción ante las situaciones. Para ellos soy como un libro abierto y me siento orgullosa de decir que ellos han rellenado gran parte de las hojas que lo componen.

Hay gente que tiene amigos. Yo tengo a mi lado personas que no se merecen que las llame amigos, porque son más que eso.

De mi para vosotros. Aunque no digo muy a menudo cuánto os quiero, sabéis que lo siento.

jueves, 10 de octubre de 2013

Tres minutos y veintiocho segundos

Mi iPod sin quererlo, más que de canciones está lleno de recuerdos.

Cada estribillo es una frase que ha tenido su momento y cada vez que lo escucho, me transporta a un lugar y un tiempo determinado y por eso no quito ninguna de sus doscientas cincuenta y cuatro pistas, sólo aumentan cuando hay algo que de vedad merezca la pena no ser olvidado.

Hay días de playa, noches de fiesta, conciertos, tardes enteras o simplemente tres minutos y veintiocho segundos que permanecen en mi mente al ser la banda sonora de algún cruce de miradas sin conversación de por medio. Hay personas, aquellas que son importantes para mi o que lo han sido en algún instante o me han descubierto esa canción.

Tanto rock como baladas. Lentas o de esas que te dan ganas de gritar. Con las que se te escapa una lágrima o te echas a reír. También hay grabaciones de voz que se han colado y cuando las oigo sonrío.

Al que tiene un baúl de recuerdos. No lo pierdas. Nunca sabrás cuando vas a necesitar echar la vista atrás, aunque sea con una melodía.