lunes, 1 de junio de 2015

Cerca de las vías.

Hay semanas que se te hacen cuesta arriba desde la madrugada del domingo al lunes intentando escribir todo lo que se te pasa por la cabeza y es imposible poder enlazar párrafos. Si pudiera escribiría en la ducha. Es el único lugar en el que mis pensamientos se alinean y forman escritos con sentido.



De allí hasta aquí, por decirlo de alguna manera. No sé si he ganado más de lo que he perdido. Y si por mi fuera, no dejaría escapar nada. Pero a veces para adquirir hay que saber desprenderse de cosas. Y juega a veces en mi contra haber dejado por el camino ciertos rasgos de mi carácter o intentar recobrarlas e intentar vivir con contradicciones. 

Porque el realismo se lleva muy mal con la ilusión y el optimismo. 
Porque querer atajar dudas y problemas sin sentir a la vez preocupación o miedo es muy difícil. 
Porque intentar disfrutar y desconectar la mente es toda una proeza si se consigue.

Y apáñatelas para salir de ésta y de las sucesivas.



Hay días que parece que nunca se va a apagar el Sol, 
y otros son más tristes que una despedida en la estación. 

Es igual que nuestra vida, que cuando todo va bien 
un día tuerces una esquina y te tuerces tú también. 
Esa telaraña que cuelga en mi habitación, 
no la quito, no hace nada, sólo ocupa su rincón. 

Yo he crecido cerca de las vías y por eso sé, 
que la tristeza y la alegría viajan en el mismo tren. 
¿Quieres ver el mundo niña? Mira, está debajo de tus pies. 

Con el paso de los años nada es como yo soñé. 
Si no cierras bien los ojos muchas cosas no se ven. 


Todo lo malo y lo bueno cabe dentro de un papel. 
¿Quieres ver el mundo? Mira, está debajo de tus pies.


Fito y Quique González. 
Cerca de las vías.



De mi para lo perdido. Os echo en falta a veces.
Basado en rescates.

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