viernes, 13 de junio de 2014

Perdóneme señor Coelho, pero yo no estoy de acuerdo.

Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos, esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella.

Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderéis siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y os impedirán, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejaréis de intentarlo… Os rendiréis y buscaréis a esa otra persona que acabaréis encontrando.

Pero os aseguro que no pasaréis una sola noche, sin necesitar otro beso suyo, o tan siquiera discutir una vez más… Todos sabéis de qué estoy hablando, porque mientras estabais leyendo esto, os ha venido su nombre a la cabeza.

Os libraréis de él o de ella, dejaréis de sufrir, conseguiréis encontrar la paz (le sustituiréis por la calma), pero os aseguro que no pasará un día en que deseéis que estuviera aquí para perturbaros. Porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias.

- Paulo Coelho.



Perdóneme señor Coelho, pero yo no estoy de acuerdo. 

No creo que la química influya en un tema que competencia exclusiva del corazón. Me niego a pensar que ese "segundo gran amor" deba hacértelo pasar mal, quiera sufrir por él y menos aún que yo desee que esté aquí para perturbarme. Lo siento, pero no. Porque si debemos tratar el amor como una serie de actos sadomasoquistas, yo me niego a tener que buscar en el dolor mi felicidad. 

Yo pienso que ese segundo gran amor del que habla, en realidad es el primer gran amor, esa primera persona que logra calarte de pies a cabeza, la primera persona que de verdad sientes amor, por la que luchas hasta que no tienes fuerzas, por la que dejas de ser un ser egoísta y ves que eres capaz de buscar siempre el bien y el beneficio de ambos. Pero cuando ese primer gran amor se acaba, es lógico, normal y completamente comprensible que te duela, que la eches de menos y quieras retroceder en el tiempo y volver a besarla o también a discutir. 

Pero más allá de esa primera persona, habrá más. Personas que te volverán a hacer sentir, algunas más y otras menos, pero al menos vas con la lección aprendida. El dolor será menos doloroso como la primera vez y no entiendo que tiene eso de malo. 

Si aprendemos de la experiencia para ser mejores, se supone que en el amor también, ¿no?. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario