lunes, 23 de junio de 2014

El que no se consuela es porque no quiere.

Ya no se sonríe porque sí. Ahora debe haber siempre un motivo. Una razón, un momento, una persona. Algo que te anime a sonreír. Porque sino vas dado. Siempre habrá alguien que te recuerde algo malo. Algo o muchas cosas. Porque parece que estar enfadado es la clave para triunfar. Que tus motivos para gruñir sean mejores que los del resto y tengan la necesidad de consolarte. Y así todo el mundo. "El que no se consuela es porque no quiere". Y yo me niego. Porque somos la generación apesadumbrada. A la que le llueven los problemas del cielo y esperamos calarnos enteros, de pies a cabeza. Que no falten los problemas, los agobios, las dudas, la culpa. Que en nuestro interior siempre haya algo malo que nos justifique el mal humor. Y no.

Y aquí es donde juega un papel muy importante mi cámara de fotos. Diréis que es una tontería, pero nunca pensé que una máquina me aliviaría más que un ser humano.
Tengo cámara desde pequeña, las guardo todas con mucho cariño y de vez en cuando me gusta salir a fotografiar mi alrededor. 

Una vez le preguntaron a Lewis Hain, un fotógrafo de guerra, por qué había elegido esa profesión. Él contestó que si pudiese contar con palabras todo lo que veía, no necesitaría cargar todo el día con una cámara de fotos, que ciertos momentos de belleza, de desolación, de amor, y de egoísmo, estaban más allá de las palabras. Yo también lo creo, hay cosas que no podemos explicar con simples palabras. Cosas como seguir vivos, sentimientos como el amor y el compromiso, sensaciones como el volver a abrazar a un familiar, un amigo…

Quizás por eso nuestra vida se compone de imágenes, momentos congelados en el tiempo para siempre, y no la angustia interna. 


Quizás ese poder plasmar en fotografía un sentimiento me llena más que poder contarlo y sentirme mejor. 

Quizás ese momento en el que te das cuenta de que estás captando un segundo para siempre te hace sentir único en este planeta. Y notas como si fueras tu propia válvula de escape, y aprendes a consolarte tu mismo.



Creo que el ser humano todavía no se ha dado cuenta de todo lo bueno que puede darse a sí mismo y sólo conoce lo malo. 


Os recomiendo ver esta charla. Yo estuve en directo y de verdad que dice cosas muy sensatas.

https://www.youtube.com/watch?v=qQ5mP2dzJi4

No hay comentarios:

Publicar un comentario