jueves, 26 de junio de 2014

Las más altas torres.

Entiendo perfectamente a los alcohólicos. ¿Quién no se daría a la bebida con tanto loco suelto?. Cada uno tiene bastante de por sí con su vida como para preocuparte por la de los demás. En serio. Y cada vez estoy más segura que las más altas torres, los grandes muros y las mejores fortalezas caen y se derrumban por por el ataque constante de guerreros que intentan perturbar la vida que impera dentro de esos grandes bloques. Porque un soldado poco daño va a hacer, pero un ejército destruye. Cortan las vías de abasto, pero sobre todo las de comunicación. Y no de un plumazo, sino como el agua que poco a poco erosiona la roca. Poco a poco. Una auténtica guerra de desgaste.

Al igual pasa con las personas. ¿Qué ser de este planeta no sucumbiría al poder de la presión externa?. Hay que ser muy fuerte y saber contener la defensa. Que no caiga, que no explote, que no ceda ni un sólo paso.

De mi para las más grandes torres.
Basado en hechos devastadores.




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