lunes, 9 de junio de 2014

Hogar.

Resumiendo: en el mundo hay dos tipos de parejas. Las que son tipo bolso y las que son tipo maleta. Tener pareja para ir al cine o a cenar es como tener el bolso que combina con todo pero no es la maleta que te acompaña en los viajes. El bolso lo llenarás con la cartera, las llaves, el móvil, maquillaje, y puede que también metas el cepillo de dientes para pasar una noche fuera. Pero una maleta supone llenarla con ropa para todas las ocasiones, porque nunca sabrás qué vas a poder utilizar. Metes todos los "por si acasos", libros, la cámara de fotos, el cargador del móvil, todo el dinero que tienes ahorrado, incluso el pasaporte. Llevas contigo tu vida y a donde vayas podrás decir que es tu casa, porque no necesitarías nada más.

Lo mismo pasa con las personas.

Hay personas que son tu compañía por unas horas, incluso por unos días. Tienen fecha de caducidad. Volverás a casa para recoger aquello que necesitas, arreglarte para que no te vea con tus peores pintas, querrás volver a ver a tu gente. Pero existe otra clase de personas que construyen su casa adonde quieran que esté el otro. No necesitarán volver para sentirse agusto, porque han encontrado a alguien con el que la comodidad se basa en mostrarse de todas las maneras posibles y no sólo en sentirse cómodo viendo una película en el sofá. 

Vale la pena esperar para encontrar a alguien que no sea un albergue, sino a la que puedas llamar hogar aunque estés en mitad de la nada.

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