martes, 10 de junio de 2014

Un chute de optimismo de cara a París.

He rescatado la felicitación del año pasado que escribí para uno de mis mejores amigos. Y quiero volverlo a poner aquí para que lo lea en estas fechas de exámenes (porque me da a mi que lo va a leer) y más que por darle ánimos, para que sepa que confío en que va a poder con ésto y más.

Más que un amigo, un hermano que duerme en otra casa.
Más que un hermano, un apoyo, un confidente, una persona por las que vale poner la mano en el fuego.

"Puede que él no recuerde cuando nos conocimos, pero yo sí. Fue una mañana en la playa cuando me dijo su nombre. Éramos unos críos y nos pasábamos horas bañándonos en el mar, haciendo castillos de arena, cruzando a la playa del camping cuando había bajamar, cogiendo olas con la tabla intentando esquivar a la gente y como él recuerda, tirándole bolas de arena mojada mientras él corría para librarse. Tampoco olvido las cientos y miles de ahogadillas que me ha hecho y todavía tengo que devolverle.

Esos días de playa cuando éramos unos críos se convirtieron en paseos por el pueblo y el puerto, en escapadas a otras playas y pueblos, en tardes enteras en la “uve” y en el polideportivo, en películas los días de lluvia, en fotos, en helados de Campíos… Y cada verano había algo nuevo por hacer, no te puedes aburrir con él porque siempre tiene un plan.

Durante el resto del año nos veíamos en la ciudad, siempre que tuviera tiempo porque no he conocido a alguien que tenga más aficiones que él. Balonmano, inglés, coro, alemán, pintura… Y sus notas son inmejorables.

Aunque siempre tiene cosas por hacer y su agenda esté repleta, saca tiempo de donde sea para la gente que le importa y además de eso, se preocupa de hacer que ese rato con él sea entretenido y hacerte reír. Tampoco para quieto. Si algo le gusta va a por ello y creo que nunca se ha quedado a las puertas de conseguir aquello por lo que se esfuerza. Es la persona más desinteresada que conozco. Me ha demostrado con el paso del tiempo que es más que un amigo, que no juzga tus actos, que intenta sacar lo mejor de la otra persona, que no necesita intentar comprenderte porque te entiende sea cual sea el problema y que siempre va a ser mi apoyo ante lo difícil y va a darme el consejo que él mismo seguiría. Ha estado en los momentos más importantes y hay veces que pienso que no le he devuelto todo ese cariño que él me ha demostrado y cómo puede soportarme a veces".

Hoy cumple veinte años el ingeniero-economista. Un lujo de chico que resulta ser mi mejor amigo. Muchas felicidades Luis Javier San José Gallego.

No hay comentarios:

Publicar un comentario