Nadie se puede permitir ir por esta vida a medio gas. Ante todo y bajo ninguna circunstancia. ¿Quién se puede detener en este mundo en el que vamos a doscientos por hora?. Te arrollan, te pisan y no puedes dejar ni un solo segundo de moverte. Bailar el vals frenético y acompasado que es la vida hasta que el cuerpo lo permita, porque es quien lleva nuestros pasos, aunque pensemos que es la mente.
Y al igual que no podemos estar quietos, tampoco podemos mostrar nuestras debilidades en un planeta desbordado de caníbales y carroñeros. Ya lo dijo Plauto y no Hobbes, "homo homini lupus"; el hombre es un lobo para el hombre.
Creo que en esta vida no nos podemos plantear la posibilidad de ser humanos, sino hombres y mujeres. Dispuestos a todo, a comernos el mundo, en la búsqueda constante de nuestro interés y no de la felicidad.
Y es una pena que nos eduquen para seguir a la manada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario