martes, 7 de enero de 2014

Todavía.

El pasado ahí sigue, detrás, y nunca mejor dicho. Con un simple roce te hace dar la vuelta para saludarle. No le doy ni dos besos, sólo muestro una sonrisa forzada para intentar que no se note que mi cuerpo parece una estatua de hielo y que mi cara va perdiendo el color a pasos agigantados. ¿Dónde están los menos tres grados bajo cero cuando se necesita que tus mejillas estén rojas?.

Ahí está. El Pasado. Con nombre y apellidos. Su imagen se iba haciendo con el tiempo borrosa hasta hoy, que me ha vuelto a mostrar su rostro más tranquilo y sereno. Sin música de fondo, sin barra de por medio, sin copas y sin gente alrededor. Con sus ojos marrones oscuros mirándome fijamente, como quien intenta leer los pensamientos de otra persona. Sin pestañear. Como si me estuviera evaluando, intentando saber mi estado de ánimo.

Si por mi fuera...

Si por mi fuera te tiraría por un puente y es por eso que evito tu contacto. Si por mi fuera te estaría gritando hasta dejarte sordo, pero en vez de eso intento parecer calmada pero sabes que por dentro estoy a punto de estallar. Si por mi fuera te mataría, pero con eso no sería suficiente para devolvértela y estar en paz.

Y en lugar de mostrarte toda mi rabia contenida a través de mi mirada, todavía te sigo el juego. Será que todavía no puedo contigo. Será que todavía estás ganando la partida.

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