domingo, 19 de mayo de 2013

La gente de verdad.

"Estar rodeado de gente con ética, con principios... ¡Con vida! Que se preocupe tanto por ti como tu por ellos; esa es la gente de verdad".

Estas fueron las palabras que ayer se me quedaron grabadas a fuego. Las escuché como si el cantante las estuviera diciendo sólo para mi, como si conociera mi vida entera y quisiera decirme: "¿qué coño estás haciendo?, olvídate de los cabrones de turno y céntrate"

No pude dejar de darle vueltas a la frase, al sentido que adquiría en estos días esa simple frase. Pensé que esa lección de vida la tenía ya más que aprendida, pero el tiempo y las personas me han demostrado que hay que repasar a veces los conocimientos que se tienen y si de verdad los llevamos a la práctica.

Es curioso ver como los consejos más lógicos se comparten con otras personas y no somos capaces de seguirlos. Siempre vamos a individualizar nuestra propia historia, haciéndola distinta al resto, intentando hacer ver que nunca se ha dado, pero en realidad todas ellas tienen su base: perfecta, buena, mala, caótica, simple y tranquila... Resumiéndose en un requisito esencial; la chispa.

No significa que haya fuego en la cama, ni que sea la antítesis de la monotonía. Para mi adquiere más el sentido de conexión, la capacidad de entenderte y vincularse con otra persona, que te hace compartir con ella todo lo que te pasa, tanto bueno como malo. Que busques siempre su respuesta y no sea para ti indiferente. Puede ser teniendo sólo una conversación, una mirada, un hecho o un roce. Pero que despierte algo en ti, tanto un hormigueo incesante en el estómago como una sonrisa de oreja a oreja al verla, y que no decaiga en fase de letargo como si fuera una almohada en la que sabes que si te apoyas, caerás en un sueño profundo. Si no existe esa chispa, no tiene sentido alargar más una historia que no tiene motivación y que sólo te hace abrir la boca para bostezar.

Para el que ya ha sentido esa chispa y la dejó apagarse, intenta volverla a encontrar. Y si no la sientes con alguien, busca gente con ética, con principios... ¡Con vida! Que se preocupe tanto por ti como tu por ellos; esa es la gente de verdad. Y merece la pena encontrarla.

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