miércoles, 8 de mayo de 2013

El egoísmo está justificado.

Es triste ver como algo se resiste a avanzar y que, cuando parece que se da un paso hacia delante, se retroceden dos. Es penoso escuchar exigencias de alguien que no se compromete ni a la cuarta parte de lo que pide. Es deprimente escuchar mentiras cuando se sabe que lo son y han de ser tragadas. Es humillante sentirse un objeto que sirva de pañuelo, de compañero de juergas o de alivios de bragueta. Pero lo que de verdad es lo peor que puede suceder es vivir una mentira y creerse aquello que sale de la boca de las personas, aunque los hechos muestren lo contrario.

En todas esas ocasiones, el egoísmo está justificado. Si alguien no avanza contigo, que no te retenga. Si alguien te exige de más, dale de menos. Si alguien te miente y lo sabes, miéntele también. Si para alguien eres una cosa, usa a esa persona también en tu beneficio.

Al que vive una falsa realidad, quítate la venda de los ojos. Y si ya lo has hecho, ¿te aprovecharías de la situación?.

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