miércoles, 15 de abril de 2015

Te dije, te diría, te digo y te diré.

Te dije que los retos me gustan, pero no que me embarcaría contigo en una misión suicida. Que he aprendido a quererme y esperar a que me quieran, a que se amolden a mi. Me he vuelto egoísta como tu. Y eso es un gran paso.  

Te diría que hay conversaciones pendientes de un hilo entre dos acantilados. Un "tiras, tiro yo o nos tiramos los dos". Porque el puente nunca lo llegamos a construir y no hay forma posible de encontrarnos en un punto medio del camino. Somos extremos. Dos polos opuestos que chocan con tanta violencia que se parte uno o los dos al tiempo. 

Te digo que ya he rebosado mi capacidad de sufrimiento en esta vida y no quiero sentir más el desaliento y el frío en el pecho. 

Pero también te diré, porque te lo dije, te lo diría y te digo, que no he perdido la ilusión y la esperanza en ningún momento. Porque puede que vuelva porque no te esperas mi regreso después de todo, o quizás nunca me he ido y simplemente nos hemos distanciado un poco. Ahora sé quererte como debo, y está a años luz de poner en juego toda mi firmeza y a la vez mi debilidad.




"Una caja de recuerdos y fiestas de guardar. Media vida en cada intento y la otra media en pinzas de metal. Ya es un clásico seguir la zanahoria con tu aliento aquí detrás. 

Un desorden milimétrico me acerca hasta el lugar. Lleva a cabo mi propósito de ser cuchillo y presa a la par. No es tan trágico jugar con la distancia y heredar su soledad. 

Cuarteles de Invierno rompiendo su silencio. Muñecas de hielo, testigos de este encierro. 
Fue tan largo el duelo que al final casi lo confundo con mi hogar."


Cuarteles de Invierno.

Vetusta Morla.

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