martes, 19 de noviembre de 2013

Como siempre por separado.

Hay cosas que caen por su propio peso. Pero también las hay que caen porque se encuentran vacías de contenido, de sentido, que no tienen ni forma definida.

Yo me he tragado palabras y tu no querías decirlas. Ha sido un ultimátum silencioso. Sin decir algo que nos hiera, sin apenas miradas, sin ni siquiera rozar el tema. Ha sido un punto y a parte sin lágrimas mostradas pero tampoco sin sonrisas compartidas, como han sido todas las veces que hemos estado juntos. Y ahora cómo no. Siempre tarde y mal en mi. Yo, con un nudo en el estómago, con rabia contenida y con ganas de llorar.

Tal vez sentí yo por los dos, tal vez yo me cansé de hablar, tal vez yo no supe pararlo a tiempo. Tal vez ha sido la más amarga para mi, aunque ha sido igual que todas las despedidas. Con la siempre falsa promesa de volver a vernos, con el típico "adiós" con la boca pequeña, sin nada que poder reprochar algún día, sin nada agradable que poder recordar. Me cansé hace tiempo de esto y no te lo dije. Hoy no quedamos en empate, al final siempre alguno de los dos pierde más de lo que esperaba, y esta vez me ha tocado a mi.

Tal vez tu tan frío como siempre, tal vez tu tan callado como siempre, tal vez tu tan tú como eres siempre. Yo sin poder haberte cambiado nada de eso y tu habiéndome cambiado tanto sin querer.

Lo bueno de todo esto es que al fin ya nos hemos demostrado que no nos une nada, como siempre por separado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario