Yo me he tragado palabras y tu no querías decirlas. Ha sido un ultimátum silencioso. Sin decir algo que nos hiera, sin apenas miradas, sin ni siquiera rozar el tema. Ha sido un punto y a parte sin lágrimas mostradas pero tampoco sin sonrisas compartidas, como han sido todas las veces que hemos estado juntos. Y ahora cómo no. Siempre tarde y mal en mi. Yo, con un nudo en el estómago, con rabia contenida y con ganas de llorar.
Tal vez sentí yo por los dos, tal vez yo me cansé de hablar, tal vez yo no supe pararlo a tiempo. Tal vez ha sido la más amarga para mi, aunque ha sido igual que todas las despedidas. Con la siempre falsa promesa de volver a vernos, con el típico "adiós" con la boca pequeña, sin nada que poder reprochar algún día, sin nada agradable que poder recordar. Me cansé hace tiempo de esto y no te lo dije. Hoy no quedamos en empate, al final siempre alguno de los dos pierde más de lo que esperaba, y esta vez me ha tocado a mi.
Tal vez tu tan frío como siempre, tal vez tu tan callado como siempre, tal vez tu tan tú como eres siempre. Yo sin poder haberte cambiado nada de eso y tu habiéndome cambiado tanto sin querer.
Lo bueno de todo esto es que al fin ya nos hemos demostrado que no nos une nada, como siempre por separado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario