martes, 5 de mayo de 2015

El equilibrio.

Te adelantas a mis movimientos y así no hay quien pueda seguir la partida ni jugar en ella. Por no hablar de la frustración que me causa no poder ganarte en las sucesivas batallas y llevarme el premio de consolación de saber que al final ganamos los dos. 

Es lo malo de ser dos personas con carácter. Dos personas a las que le falta tiempo para saltar, en todos los sentidos. Porque si tu arañas, yo lo hago más fuerte. Porque si gritas, yo lo hago más alto. Y si me abrazas por la espalda, tardo muy poco en soltarme de tus brazos, darme la vuelta y darte un beso.

Porque hablamos de un equilibrio entre los dos, pero al final cada uno quiere aportar más que el otro, y así hasta que ambos no sepamos cómo ni con qué complacer al otro.


De mi para balanza. No va a aguantar tanto peso por ambas partes.
Basado en hechos solidarios.

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