viernes, 30 de mayo de 2014

No solamente en enero.

El 31 de diciembre del año pasado escribí esto y no lo publiqué. Acabo de encontrarlo y todavía sigue teniendo sentido para mi, ahora que alcanzamos el ecuador del 2014. Poco ha cambiado en estos casi seis meses. Mis propósitos siguen firmes, he madurado un poco más y he aprendido a darle tiempo al tiempo, que es el mejor maestro, el mejor juez y aparta de mi la idea de depender de la suerte, porque me he dado cuenta que es la más puta de todas, que se vende por un ruego y después te abandona por otro.

Sepamos confiar en nuestros pasos, en el camino y no en el destino, que no es el mismo para cada ruta y es muy fácil desviarse.

"Que el destino no nos tome las medidas".

"Empezar un nuevo año no significa por norma empezar de cero, ni tener nuevos propósitos para los próximos trescientos sesenta y cinco días. Yo ya empecé hace tiempo los míos, y el 1 de enero no será más que el unico día del año en el que haré maratón de películas intentando no morir por la resaca.

Algunos pensarán en volver al gimnasio, otros en dejar de fumar, pero yo no tomo ese camino. Decidí pactar conmigo misma y no tuvo que ser un 31 de diciembre. He cumplido y cumplo mis objetivos, sin dejar de haber cometido fallos, como todo el mundo. Las flaquezas no son el fracaso absoluto.

Tampoco tienen que ser estas fechas las únicas para acordarse de la familia y amigos. Pienso en los que están conmigo a diario y les digo durante todo el año que les quiero y que los necesito cerca. Recuerdo a los que no están y más cuando veo que en las fotos aparecemos menos personas. Pero es ley de vida y volverá a haber caras nuevas y también reencuentros en estaciones y aeropuertos.

Recuerdo muchos momentos de este año, tanto buenos como malos, porque siempre hay de todo. Y ya está. No voy a empezar una nueva vida tras las campanadas y las uvas. Sólo empieza un nuevo año y mis propósitos y metas ya me los establecí hace tiempo, quizás mejor o peor llevados a la práctica, pero siguen siendo los mismos. 


Sin prometerme a mí misma ganar el Cielo, el oro y el moro de la noche a la mañana; eso se va ganando día a día y no solamente en enero.

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