lunes, 18 de agosto de 2014

Kafkianos.

Kafka ni quiso cambiar ni pidió ayuda y llegó a afirmar que a las personas "hay que tomarlas como son o dejarlas como son, porque es imposible modificarlas y a lo sumo se les puede molestar en su modo de ser, eso es todo". Y yo pienso lo mismo.

Creo que una persona no cambia porque lo quiera otra, sino que será una decisión propia. Creo en el libre albedrío humano, en los seres determinados por su carácter desde su nacimiento y no por su educación ni por las circunstancias que le rodean lo que les condicione a tomar las decisiones que crean correctas. Y cada uno es como es. Y eso no se puede cambiar, ni se puede influir, ni se puede alienar una mente. Porque sería contaminarla, perjudiciarla, molestarla.

Creo que la raza humana no ha aprendido quererse y sobre todo, a valorar a las personas tal y como son por ellos mismos. Tal y como son. Y a valorar y crear su propia opinión. De todo y de todos. De personas y de cosas. Y a evolucionar y a avanzar con la experiencia. Y a saber esperar a que el tiempo nos demuestre la verdadera cara de lo que nos rodea. Y a saber encauzar un verdadero juicio de valores en frío, aunque ya hayamos pasado por la combustión.

Seamos kafkianos. Sepamos valorar por nosotros mismos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario