martes, 2 de julio de 2013

"Si quieres encontrarme, ya sabes donde estoy."

No lo puedo evitar pero saber que en pocos días voy a alejarme de esta ciudad y de algunas personas me hace sentir bien, porque sé que la distancia va a ser una cura, la evasión de todos mis problemas y de evitar el fuego a tiempo. En casi dos meses no volveré por aquí y eso me tranquiliza. El verano pasado, por mucho que prometiese tomarme las cosas con más calma, apenas duró mi promesa unos días, por eso sé que este verano tocará sentarme en frente de mi misma y preguntarme cómo voy a conseguir lo que quiero. Las metas están fijadas, sólo espero encontrar la manera de llevarlas a cabo o si hay un cambio de propósitos, al menos sea para bien.

Por otra parte, aunque no me he ido, temo la vuelta. A saber qué me depara a su vuelta septiembre y los meses de frío, si va a ser el curso tranquilo que me propuse días como hoy hace un año o será lo mismo que este año que prefiero ni describirlo, porque han sido casi once meses que han dado para mucho y todavía no sé si para bien o para mal. Eso lo sabré al poner kilómetros de por medio y lo más importante, sabré quién estará dispuesto a  buscarme. Porque no huyo, ni desaparezco. Simplemente son vacaciones y descanso más emocional que físico.

Al que me encuentre. Después no te vayas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario